Un encuentro con Jesucristo a la intemperie
Así como ignoras cómo llega el aliento vital a los huesos en el seno de la mujer embarazada, así también ignoras la obra de Dios, que hace todas las cosas. Siembra tu semilla por la mañana y no dejes que tu brazo descanse hasta la tarde, porque no sabes si es esto o aquello lo que va a prosperar, o si ambas cosas son igualmente buenas. Eclesiastés 11, 5-6
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