Un encuentro con Jesucristo a la intemperie
… La venida del Mesías, que restaura el plan de Dios es motivo y fuente de alegría para todos, pues el mundo cuenta entre sus tesoros más inapreciables, la presencia siempre actual del Príncipe de la paz que quiere conducirlo hacia ella. Necesitamos tomar en serio la paz y la equidad en el mundo, en todas sus manifestaciones: la paz íntima, del corazón, en las familias, en la convivencia cotidiana… Dios es un Dios de paz…
… Cuatro son las noches históricas de la humanidad: la noche de la creación, la de Abraham, la del Éxodo y la de Belén. Esta es la más importante porque el Hijo de Dios ha traído su paz, que no es como la pax romana, sino el fundamento de la civilización del amor. Que podamos vivir y contemplar en esta noche, al que es la paz.
La homilía completa en «Contemplar y proclamar»
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