Un encuentro con Jesucristo a la intemperie
“Me siento … como alguien que estuvo en peligro de ahogarse, y al que luego en una habitación clara y caliente, se le regaló paz y acogida, aunque sigue teniendo ante sus ojos aquel mar oscuro. Qué no sentiría una persona así regalada sino una especie de <escalofrío> a la vez que una inmensa gratitud por aquel brazo fuerte, que le había cogido y salvado a tierra segura…”.
Afirmará más tarde, “la vida me ha tirado por tierra, pero el cristianismo bendito me ha dado fuerzas para retornarla otra vez, agradecida. Por eso puedo hablar, en el sentido más profundo, de un renacimiento. Ahora no hay persona en el mundo con la que quisiera cambiarme, y he aprendido amar la vida desde que sé para qué vivo”
De esta época Juan Pablo II dirá: “Durante mucho tiempo Edith Stein vivió la experiencia de la búsqueda. Su mente no se cansó de investigar, ni su corazón de esperar. Recorrió el camino arduo de la filosofía con ardor apasionado y , al final fue premiada, la Verdad la conquistó. En efecto, descubrió que la Verdad tenía un nombre: Jesucristo, y desde ese momento el Verbo encarnado fue todo para ella. Al contemplar, como carmelita, ese período de su vida, escribió a una benedictina: <Quien busca la verdad, consciente o inconscientemente busca a Dios>”.
Extraído de: Carmelo Teresa Juan
La imagen del icono fue extraída de Etsy.com
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