Un encuentro con Jesucristo a la intemperie
Estas situaciones provocan el gemido de la hermana tierra, que se une al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo…
Desde la tierra para habitar hasta las aguas que alimentan la vida, desde los árboles que dan fruto hasta los animales que pueblan la casa común, todo es hermoso a los ojos de Dios…
«Es la hora de redescubrir nuestra vocación como hijos de Dios, hermanos entre nosotros, custodios de la creación».