Un encuentro con Jesucristo a la intemperie
El desierto no es quietud ni estancamiento, sino peregrinación y combate. No es la tierra prometida, sino el duro caminar hasta alcanzarla.
La búsqueda de la unión con Dios como el fin fundamental de la Orden del Carmen y presenta la purificación del corazón, alcanzada por la oración ininterrumpida…
El cristiano, por la resurrección de Cristo, ¿no está llamado a hacer florecer todos los desiertos?; ¿no nos ha colocado Cristo en el nuevo jardín de la redención, más bello y fructífero que el jardín de la creación?